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lunes, 21 de mayo de 2012

Il Doctore vuelve a operar

El comodín de la última vuelta:

La primera sensación al enchufar la TV y ver como Rossi se colocaba en 3º lugar detrás de Casey y peleando con buen ritmo fueron indescriptibles. Como cuando ves a un amigo que hechabas de menos. Volvía a la lucha y solo deseaba que no fuera algo efímero.

Pasaban las vueltas, Stoner se alejaba, Lorenzo corría su propia carrera y a Pedrosa le daba miedo el agua, como un gatito inofensivo... siempre le quedara el apellido de "Eterna Promesa". Rossi perdía dos posiciones. Desilusión...

Entonces comenzó el show del italiano. Paso a las Yamahas como si fuese fácil, puro estilo Rossi, y se lanzó a muerte a por el australiano. Comenzó el duelo, como en los viejos tiempos, antiguas sensaciones recuperadas, viejos deseos reencontrados al ver al italiano cabalgar su indomable Ducati de pura sangre. Lo probó a falta de 3 vueltas, y aunque no pudo, sabía que era su momento, como otras tantas veces con otros muchos pilotos: el comodín de la último vuelta, reencuentro con mis sensaciones al ver la Moto GP.

Por el bien del motociclismo y el espectáculo, Rossi es necesario en el podium. 


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